... recoger los activos tóxicos de las entidades financieras actuales y seguir
teniendo beneficios a costa de toda la ciudadanía española.
Los activos tóxicos son aquellas propiedades inmobiliarias de
muy baja calidad que se crean a partir de hipotecas a personas físicas o
jurídicas con solvencia económica baja (respaldados por una vivienda cuyo precio real
difiere bastante del que figura en balance.
Por
una parte, es necesario entender cuál es el significado de “activo”, el activo
son los recursos que se encuentran en positivo; es decir, que, ordenados según
su nivel de liquidez, se transformarán en dinero (manteniendo el mismo valor)
en un periodo de tiempo determinado. Por tanto, cuando se añade el adjetivo
“tóxico”, se entiende que esos recursos ya no van a transformarse en líquido
con tanta seguridad; con lo que, con su circulación, se contamina el mercado y
se impone la inseguridad
El concepto aparece a mediados del 2008 en el cual
aparecieron las llamadas hipotecas subprime o de alto riesgo, estas son concedidas a personas físicas o
jurídicas con poco poder adquisitivo. Como una consecuencia inmediata, ante
la posibilidad del no pago y la imposibilidad de transformar en líquido los
recursos, se contamina el mercado y se instaura la inseguridad del sistema
añadiendo el adjetivo «tóxico».
Un banco malo (en inglés: bad bank)
es una entidad financiera pública o semipública que ayuda a limpiar los activos
denominados activos tóxicos (p.e., activos inmobiliarios
sobrevalorados) de los balances de las entidades integrantes del
sistema financiero, comprándoselos a un precio conveniente.
En prevención del
posible fracaso de las medidas para atajar la crisis
financiera de 2008 y
salvar el sistema
financiero de EEUU y
Europa, David Roche planteó esta vieja solución.
En definitiva, la consecuencia
inmediata de esta situación es que, ante la imposibilidad de pagar los créditos
hipotecarios, las entidades bancarias embargan los bienes sin saber en qué
momento podrán convertirlos en dinero ni cuál será su valor.
Banco
Bueno para … recoger los activos tóxicos de las entidades financieras actuales.
Los impagos de estas
hipotecas concedidas (por ejemplo por 300.000 euros) y que en el momento del
embargo o adjudicación, el hipotecado debe 250.000 euros1 queda en
el balance por dicho importe, si bien el valor de mercado actual puede que sea
de 150.000 euros. Siguiendo el ejemplo el banco tendría unas pérdidas ocultas
(no reflejadas en balance) de 100.000 euros. Esto extrapolado a miles y miles
de hipotecas, nos estaría dando que nuestros bancos estarían con pérdidas
incalculables. Al traspasar o vender al Banco Malo éste asumiría el activo (ya
no tóxico) pues lo compraría por 150.000 euros o menos (importe vendible a
través del tiempo). El Banco titular original, pasaría a ingresar el importe de
la venta, con lo que tendrá que
aflorar las perdidas por la diferencia (Valor balance menos Valor vendido), en
nuestro caso 100.000 euros de perdidas. … Pero (1)
(1) Si
el titular es el embargado (o
desahuciado) persona física, seguirá siendo deudor por los 100.000
euros no atendidos -Valor balance menos valor actual o adjudicado - (con sus
respectivos intereses). Si realmente se los asigna, como decíamos, en pérdidas,
esta deuda debería ser condonada, si no es así, deberá seguir imputado
en balance como cobros pendientes y no declarará perdidas. Por consiguiente el
embargado/desahuciado, seguirá debiendo “in eternum” esos 100.000 euros.
El caso de persona física es
claro, pero el de persona jurídica ¿es
el mismo?, veamos…
Una
persona jurídica es una empresa, la cual al solicitar la
hipoteca (normalmente de promoción inmobiliaria) constituyo una sociedad
única para dicha promoción, al dejar de pagar la hipoteca dejo su actividad,
por lo tanto el diferencial que asume la
persona física de forma infinita (in eternum) no se produce en la jurídica, momento en el cual la deuda
pendiente de pago se convierte en finita y por lo tanto perdida directa (una
vez el Banco Malo a comprado).
Deberíamos
saber todo el país, todas las personas, quienes son esas sociedades, quienes
eran sus administradores, quienes eran sus socios, que vinculaciones
personales, sociales y políticas tenían con los que CONCEDIERON originalmente
esas hipotecas de promoción inmobiliaria, pues estos son los que verdaderamente
son los beneficiarios que nos han llevado a la ruina: como país, como sistema financiero,
como sistema económico. Además de que esas pérdidas las pagamos entre todos
(incremento intereses, incremento de comisiones, incremento de paro –reducción plantillas-
, etc.) pues los bancos querrán (obviamente) compensarlas y conseguir los
beneficios a que están tan acostumbrados.
Hay que recordar
que esos “promotores-constructores” que se beneficiaron con las hipotecas, “sacaron”
del país inmensos capitales que se han convertido en opacos o “negros” que
ahora nuestro gobierno del PP ha dejado que puedan ser amnistiados con un
rídiculo 10%. Sin obviar sus propiedades, sus cochazos, sus cayennes, sus
despilfarros; antes, durante y posteriormente a la llamada crisis o ESTAFA!.